Ekrixinatosaurus novasi es una especie extinta de dinosaurio terópodo que vivió durante el período Cretácico temprano, hace aproximadamente 97 millones de años, en lo que hoy es América del Sur, específicamente en la región de la Patagonia, Argentina. Este dinosaurio pertenece al grupo de los abelisáuridos, una familia de terópodos caracterizados por sus adaptaciones carnívoras y su distribución principalmente en los antiguos continentes del hemisferio sur.
Ekrixinatosaurus novasi es notable por su tamaño relativamente grande, con una longitud estimada de alrededor de 10 a 11 metros. Como otros abelisáuridos, tenía un cráneo robusto y profundo, con mandíbulas poderosas equipadas con dientes afilados y recurvados, diseñados para desgarrar la carne. Estas características indican que era un depredador activo, capaz de cazar grandes presas, aunque es posible que también se alimentara de carroña en algunas ocasiones.
El cuerpo de Ekrixinatosaurus era musculoso, con una constitución robusta que le proporcionaba la fuerza necesaria para cazar y dominar a otros animales. Las extremidades delanteras de este dinosaurio eran notablemente reducidas, una característica común entre los abelisáuridos, lo que sugiere que las patas delanteras no jugaban un papel significativo en la captura de presas. En contraste, sus extremidades traseras eran largas y poderosas, adaptadas para la locomoción bípeda, lo que le permitía correr rápidamente para emboscar a sus presas o escapar de situaciones peligrosas.
El nombre Ekrixinatosaurus significa "lagarto de la explosión", en referencia a que los fósiles fueron encontrados tras una explosión durante las excavaciones, mientras que "novasi" honra al paleontólogo argentino Fernando Novas, quien ha realizado contribuciones significativas al estudio de los dinosaurios sudamericanos.
Los fósiles de Ekrixinatosaurus novasi fueron descubiertos en la Formación Candeleros, en la provincia de Neuquén, una región conocida por su rica diversidad de dinosaurios del Cretácico. El descubrimiento de Ekrixinatosaurus ha sido fundamental para comprender la diversidad y evolución de los abelisáuridos en América del Sur, un grupo que dominó los ecosistemas terrestres del continente durante gran parte del Cretácico. La estructura anatómica de Ekrixinatosaurus refleja una combinación de características primitivas y derivadas dentro de los abelisáuridos, lo que lo convierte en un importante punto de referencia en la evolución de estos terópodos.
La anatomía de Ekrixinatosaurus sugiere que era un depredador ápice en su ecosistema, ocupando un nicho ecológico similar al de otros grandes terópodos de su tiempo, pero con adaptaciones específicas que le permitieron prosperar en el ambiente particular de la Patagonia durante el Cretácico. La coexistencia de Ekrixinatosaurus con otros grandes dinosaurios carnívoros en la misma región refleja la complejidad de los ecosistemas prehistóricos de Sudamérica, donde múltiples especies de grandes depredadores compartían los mismos hábitats.
Medidas aproximadas del Ekrixinatosaurus:
- Escala 1:35 (Ekrixinatosaurus en 2 piezas)
- Longitud 310 mm
- Altura 104 mm
- Ancho 47 mm
- Longitud hocico-cola 314 mm