Andrias japonicus, conocida como la salamandra gigante japonesa, es una de las especies de anfibios más grandes del mundo y está adaptada a un estilo de vida semiacuático. Puede llegar a medir hasta 1,5 metros de largo y pesar más de 25 kilogramos, lo que la convierte en uno de los animales más impresionantes dentro de su grupo. Su cuerpo es robusto y aplanado, cubierto por una piel rugosa con pliegues laterales que aumentan su superficie de contacto con el agua, permitiéndole respirar principalmente a través de su piel, aunque también posee pulmones. Este intercambio de gases cutáneo es crucial para su supervivencia, ya que Andrias japonicus pasa gran parte de su vida en arroyos y ríos de agua fría y rápida, ocultándose bajo las rocas durante el día para protegerse de depredadores y conservar energía.
De hábitos nocturnos, la salamandra gigante japonesa se alimenta de peces, crustáceos y pequeños invertebrados acuáticos que caza utilizando su vista y un agudo sentido del olfato. Su cabeza es grande y aplanada, con ojos pequeños y sin párpados, adaptados a su entorno acuático y oscuro. A pesar de su tamaño, es un depredador sigiloso que acecha a sus presas desde la oscuridad de su escondite, realizando emboscadas rápidas y precisas. Su mandíbula poderosa le permite capturar y consumir una variedad de alimentos.
El ciclo reproductivo de Andrias japonicus está vinculado estrechamente con el flujo de agua de los arroyos donde habita. Durante la temporada de cría, los machos construyen "nidos" en grietas bajo las rocas, donde las hembras depositan cientos de huevos. Los machos protegen estos nidos, asegurando que el flujo de agua limpia los huevos y les suministre oxígeno mientras se desarrollan. Este comportamiento reproductivo dependiente de un hábitat acuático limpio y bien oxigenado hace que la especie sea particularmente vulnerable a los cambios ambientales.
Aunque la salamandra gigante japonesa es una especie longeva, con una vida que puede superar los 50 años en la naturaleza, sus poblaciones han sufrido un grave declive debido a la pérdida y degradación de su hábitat natural. Factores como la contaminación del agua, la construcción de presas y la urbanización han reducido drásticamente su área de distribución. A pesar de estar protegida por la legislación japonesa, la caza furtiva sigue siendo un problema, ya que estos animales son codiciados en la medicina tradicional y el comercio ilegal.
En términos ecológicos, Andrias japonicus es una especie clave en su ecosistema, ya que actúa como un depredador tope en los ambientes de agua dulce que habita. La pérdida de sus poblaciones puede desestabilizar las cadenas alimenticias locales y reducir la biodiversidad. Su conservación es un desafío, pero también una prioridad, tanto por su importancia ecológica como por su estatus como símbolo de la vida silvestre en Japón.
Medidas aproximadas de la Salamandra:
- Escala 1:10 - Completa
- Longitud 98 mm
- Altura 17 mm
- Ancho 85 mm
- Longitud hocico-cola 150 mm